TIEMPO DE ESPERA

“¿Te he dicho alguna vez mi nombre?”.

(ANTONIO RAMÍREZ ALMANZA)

“Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara”.

(J. L. BORGES)

¿Te he dicho alguna vez mi nombre?

Conoces la osadía de mis ojos o el tamaño de estas manos que, alguna vez, acariciaron la vida. Es posible que algún atardecer soñaras junto a mi cuerpo o que hayas escuchado mi voz, cercando el temblor de antiguos horizontes, como el crepúsculo de abandonadas estaciones. Sabes que yo también fui de los que entregó sus baluartes a la liturgia de unos labios rojos.

Pero, ¿te he dicho alguna vez mi nombre?

Mi nombre es aquella vieja aventura por conquistar los silencios, cuando aspiraba a comprender a los hombres; el asombro de las horas, la ceniza del tiempo, más allá del reloj y sus agujas.

Mi nombre es la voz del sauzal y las acacias, siempre inclinados hacia la adversidad y al sosiego. El canto azul del petirrojo.

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